Los fantasmas del otro M-19: Zuleika, Yidid y Xouix, los tres niños Alvarez asesinados

El M-19, uno de los grupos criminales y terroristas del siglo pasado ha llegado a tomar repercusión como el grupo perfecto que tomó las armas por un mejor país, como diría Carlos Gaviria, y que luego despúes de mucha "lucha" decidió hacer política hasta hoy. Lo cierto es que el M-19 no fue la perfección que profesan sus creadores, el asesinato de tres niños revela el horror.

El jueves 6 de octubre de 1981, cuando un falso agente de tránsito y tres civiles que dijeron ser del F-2 secuestraron a Zuleika, Yidid y Xouix, unos niños de 7, 6 y 5 años de edad, hijos de José Jáder Alvarez, en el norte de Bogotá cuando se dirigían a sus colegios. (Ver Surge guerra comunista contra la UP: Cuando el Partido Comunista enjuició a Bernardo Jaramillo ante el rechazo a la combinación de todas las formas de lucha)

El 18 de septiembre de 1982, 11 meses y medio después del secuestro, aparecerían enterrados, entre costales y en un paraje selvático entre Gachalá y Medina, en el departamento de Cundinamarca, los cadáveres de los tres niños. Cada uno tenía un único impacto de bala en la cabeza.


Según los reportes periodisticos de la época sus secuestradores habrían sido el Movimiento 19 de Abril o M-19. Añade que "según los análisis de medicina legal los tres pequeños fueron muertos hace por lo menos seis meses y sus cadaveres estaban en un costal"

Este fue uno de los peores secuestros del M-19 que fueron poco difundidos, pero que, a luz de las redes sociales surgen para promover la verdadera memoria histórica. Casi a un año del secuestro, se descubrió la terrible verdad: los tres hermanos Alvarez, Zuleika, Yidid y Xioux, hijos de Jáder Alvarez, habían sido asesinados a balazos al menos desde abril en el páramo de Medina, cerca de Gachalá, Cundinamarca. (Ver Ahí fue cuando los guerrilleros del M-19 mataron a la mayoria de los magistrados: Humberto Murcia Ballén)

El grupo criminal se preparaba para otros secuestros como el Martha Nieves Ochoa o incluso el fallido de Carlos Lehder. A pesar del indulto a dicho grupo criminal, y verdades procesales que han buscado exhimir al M-19, los delitos de lesa humanidad no prescriben en Colombia ¿Será por esa razón el silencio proveniente del oscurantismo que busca borrar aquel episodio de la memoria de los colombianos?

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